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Sedna – El espíritu de la Naturaleza

Este artículo forma parte de una serie sobre los Nuevos Planetas Astrológicos

Sedna es un planeta enano de buen tamaño que orbita en la zona externa del cinturón de Kuiper, en una región que se conoce como el «disco disperso». Fue descubierto en el año 2003 por el famoso equipo de astrónomos Brown, Trujillo y Rabinowitz. Es el objeto con mayor período orbital conocido en el sistema solar y lleva el nombre de una divinidad del pueblo inuit (esquimal).

Según la mitología de este pueblo, la diosa Sedna rige a todas las criaturas marinas, que son sus hijos, nacidos de su cuerpo. El mito de Sedna tiene diversas variantes, pero básicamente habla de una joven que contrae matrimonio con un hombre misterioso. En algunas historias, Sedna rechaza cualquier intento de su padre de emparejarla, hasta que es obligada a casarse con un extranjero. En otras, es ella quien se enamora del extranjero y huye con él. Sea como sea, el extranjero se revela como un chamán que la lleva a un lugar apartado, donde adopta la forma de un pájaro. Este hombre maltrata a Sedna, así que ella grita, pidiendo ayuda a su progenitor.

El padre de Sedna toma su kayak y rema en busca de su hija, recuperándola. Pero cuando ambos regresan a casa a través del mar, el chamán-pájaro se lanza sobre ellos, provocando una terrible tormenta. El padre, aterrorizado, decide arrojar a Sedna por la borda, esperando que así se aplaque la ira del chamán. Sedna intenta subir de nuevo al bote, y el padre reacciona cortando con su hacha cada una de sus extremidades, de manera que no pueda aferrarse. De cada una de sus extremidades nacen los animales marinos: las ballenas, las focas, los delfines, y todas las especies de peces. Al final, cuando Sedna ha perdido sus brazos y sus piernas, se hunde sin remedio en el fondo del mar.

Pero eso no significa su muerte. En cambio, Sedna se convierte en la señora de todas las criaturas marinas. Desde ese momento, cada vez que los inuit quieren pescar o cazar a los seres del océano, deben invocar a Sedna mediante cantos y rituales chamánicos, de manera que ella sea benévola con los humanos.

Varios temas surgen en torno a la historia de Sedna, que pueden ser interesantes desde el punto de vista astrológico. Seguramente a muchas personas les llame la atención la violencia que sufre la protagonista, y aunque este tipo de relatos son comunes a los mitos, sí que nos pueden dar una pista acerca de un aspecto de este planeta. Sedna se puede ver en parte como víctima de un abuso. Primero la del desconocido que se la lleva o que la seduce, escondiendo su verdadera faz. Luego la de su padre, que prefiere salvar su propia vida antes que proteger a su hija. Muchos verán aquí una reivindicación contra la violencia de género, y quizás lo sea, puesto que el planeta emerge ante nuestra conciencia en un momento donde estos asuntos son de relevancia mundial.

Algunos astrólogos señalan que el arquetipo de Sedna se puede relacionar, en parte, con la disyuntiva entre ser una víctima o aprender a ser resiliente. Podemos ver a esta diosa como una mujer descuartizada, pero también podemos aceptar que su desmembramiento es la base de una creación. Donde había mal, ella pudo generar algo bueno. En una Carta, puede señalar aquellos puntos donde tenemos que tomar esa decisión. ¿Quieres ver a la parte oscura del arquetipo paterno que destruye tus capacidades, o más bien la parte donde te reconstruyes y generas algo a partir de tus heridas?

Los instantes donde Sedna es fuerte por tránsito, pueden ser momentos donde vivimos nuestra propia «edad de hielo», donde nos sumergimos en el abandono, quizá por rabia ante las actitudes de otros. Pero esa bajada al vientre oscuro y frío del mar (el inconsciente), debe ser, antes o después, el impulso para retornar a la superficie. Este retorno a la vida se hace como lo hacen los mamíferos del mar que salen a respirar, como las ballenas y delfines que son hijas de Sedna. El duelo no puede ser eterno, ni el victimismo conduce a ninguna solución.

Pero yo quiero ir un poco más allá y observar también a este símbolo como la expresión de un abuso más profundo, el abuso de los recursos de la Tierra.

Mi percepción es que Sedna está también muy conectada con la conciencia ecológica que tanta fuerza ha tomado en los últimos tiempos. Especialmente, nos habla del vínculo con el mar y sus criaturas, y no olvidemos que la mayor parte de nuestro planeta está formado por agua, que los océanos son uno de los reguladores más importantes del clima y que del mar vienen una parte muy importante de nuestros alimentos. La contaminación del mar, su calentamiento progresivo, son temas de gran actualidad, que nos recuerdan la fragilidad del mundo en que vivimos.

También hay que llamar la atención acerca de cómo se extiende la conciencia de que hay que entender la conexión entre todos los procesos de la naturaleza. Así que del mismo modo que los inuit debían contar con la aprobación de Sedna para buscar su alimento en el mar, quizá el resurgimiento del arquetipo de esta diosa nos esté hablando de la necesidad de desarrollar una nueva forma de convivir con las criaturas de nuestro planeta. ¿Se puede permitir el abuso, el maltrato a los seres sintientes, la sobreexplotación? ¿Podemos vivir mucho tiempo con una mentalidad extractiva y explotadora?

La órbita de Sedna es muy larga, y tarda casi 11.000 años en dar una vuelta a todo el zodiaco. Como es lógico, en una perspectiva personal, no podemos analizar la posición del planeta por signo, sino por casa, ya que todas las personas que vivimos actualmente tenemos a este cuerpo en Aries, o más probablemente en Tauro.

Ahora bien, un ciclo que dura tanto tiempo, sí que puede tener una gran importancia a la hora de definir etapas históricas. Es un tipo de estudio, en el ámbito de la Astrología Mundial, que puede tener importancia cara al futuro.