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El ideal del Bodhisattva según el budismo

Según las diferentes escuelas budistas, existen al menos tres formas de alcanzar la meta final del Nirvana (liberación completa del sufrimiento):

  • El ideal del Arahant, propio del budismo Theravada del Sureste de Asia. Este camino promueve el seguimiento de las enseñanzas de un Buda y el cultivo de tres grandes virtudes: Sila, o buena conducta; Samadhi, o meditación; y Prajna o sabiduría trascendental (capacidad de ver las cosas tal y como realmente son). Dentro de este camino, se intenta alcanzar la iluminación en el transcurso de una vida, y generalmente dentro de una disciplina monástica.
  • El ideal del Pratyeka Buda, que surge en aquellos momentos en los cuales el dharma (enseñanza) se ha extinguido en el mundo. Los seres iluminados que aparecen en este período de oscuridad deben alcanzar la liberación por sí mismos, pero son incapaces de enseñar o ayudar a otros. Es un camino exclusivamente personal, propio de los tiempos de gran crisis.
  • El ideal del Bodhisattva que es básico dentro del budismo Mahayana. En este camino, el ser iluminado pospone su propia liberación del Samsara para ayudar al resto de los seres a alcanzar el mismo nivel. Un Bodhisattva es por tanto un ser que enseña o ayuda, aunando así las dos grandes virtudes Mahayana: la sabiduría y la compasión, en otras palabras: la contemplación y la acción.

En el Sutra del Loto se explica que el camino del Arahant y el del Pratyeka Buda son los «Pequeños vehículos» que sirven para que las personas salgan de ese hogar en llamas que es la rueda del Samsara. Una vez fuera del peligro, Buda presenta el «Gran vehículo», que es el Mahayana.

Un Bodhisattva es, según algunas formulaciones de la doctrina, una persona que no ha alcanzado el estatus de Buda (iluminado), pero que está en camino de lograrlo en una vida posterior. Es un «Buda en potencia», un «Buda futuro». Según la idea Mahayana, un Bodhisattva es un ser que se detiene en su camino hacia el nirvana y que decide, libremente, retornar al mundo para ayudar al resto de los seres vivos.

Como explica el Lankavatara Sutra:

«Un bodhisattva desea ayudar a todos los seres a alcanzar el nirvana. Así que él debe rehusar al nirvana para sí porque no puede rendir ningún servicio a ninguno de los seres vivos de los diferentes mundos después de su propio nirvana. Así que se encuentra en una posición algo ilógica de señalar la vía hacia el nirvana a otros seres, mientras que él mismo permanece en este mundo de sufrimiento para hacer el bien a todas las criaturas. Es un gran sacrificio en bien de los otros, ya que él ha tomado el gran Voto: ‘No entraré en el nirvana final hasta que todos los seres sean liberados’. No puede realizar la mayor liberación para sí mismo, ya que no puede dejar a los demás seres abandonados a su suerte. Él ha dicho: ‘Debo liderar a todos los seres a la liberación. Permaneceré hasta el final, incluso por el bien de una sola alma'».

El Bodhisattva encarna, como ninguna otra figura el ideal Mahayana de la «alegre participación en el dolor del mundo».

A diferencia del budismo Theravada, que pone el énfasis en la vía monástica, un Bodhisattva puede ser tanto un lego como un monje o monja, ya que cualquier persona puede alcanzar la budeidad en una vida futura. Por otro lado, el camino del Bodhisattva es una vía de dos direcciones, que avanza hacia el nirvana y retrocede, con un propósito definido, hacia el samsara, a diferencia del Arahant, cuya vía es de una sola dirección.