Las constelaciones individuales representan una forma alternativa de trabajo que es muy eficaz. Este tipo de actividad es preferida por aquellas personas que, por el motivo que sea, no desean actuar en grupo, o bien en casos que requieren una atención diferente a la que se da en el trabajo colectivo.
Del mismo modo que en el trabajo grupal es la energía del colectivo la que ayuda a realizar los movimientos necesarios para romper los nudos sistémicos, en el trabajo individual es la propia energía de la persona y la del facilitador la que se emplea para el mismo fin.
Según mi experiencia, una constelación individual no es, en ningún caso, menos poderosa que una de conjunto. Simplemente, ambos sistemas funcionan de forma diferente a la hora de crear la energía que requiere el proceso de cambio. Los movimientos que se desarrollan en un trabajo individual pueden ser tan poderosos como en un taller grupal.
En las constelaciones individuales, el facilitador toma un papel más activo en el desarrollo del trabajo. Puede, por ejemplo, situarse en el lugar de los representantes del árbol familiar, y puede también tomar el papel de la persona que está siendo constelada.
Algunos de los elementos que se suelen utilizar en el trabajo individual suelen ser hojas de papel con los nombres de los miembros del árbol sobre los que se esté trabajando, aunque pueden ser sustituidos por cojines o zapatos. En algunos casos, se emplean figuras que permiten situar a los miembros del sistema y tener una idea clara de la fotografía mental que trae la persona en consulta.
En mis sesiones individuales se da también la posibilidad de trabajar con más detalle el árbol genealógico, con la posibilidad de desarrollar otras técnicas psicogenealógicas al margen de las propias constelaciones, técnicas que ayudan a reforzar el resultado de éstas.