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El punto medio Sol/Luna y su importancia en Sinastría

Luna

Para entender la importancia de este punto en la Carta Natal, hay que explicar en primer lugar qué son los Puntos Medios (PM).

Astrológicamente definimos el PM como el punto equidistante entre dos planetas o vértices. Ahora bien, como el zodíaco es una circunferencia, siempre habrá dos PM opuestos a un lado y otro de la rueda. La práctica habitual nos indica que el punto a considerar será siempre el más cercano a ambos cuerpos. Sólo cuando estos planetas están en oposición exacta, los PM están a la misma distancia y pueden usarse indistintamente.

Según la teoría astrológica dos planetas o vértices cualesquiera siempre están en contacto a través de su PM. De este modo, el punto contiene características de ambos cuerpos, y se representa de la siguiente manera: A/B. Por ejemplo, el PM Sol/Luna representa el grado equidistante entre ambas luminarias en una Carta Astral.

Cuando un planeta de la propia Carta se encuentra en conjunción con un PM, se considera que ese planeta adquiere algunas características de dicho punto. Por ejemplo, si Júpiter está ubicado cerca (con un orbe de dos grados) del punto Sol/Luna, se entiende que hay una relación entre los tres cuerpos. Dicha relación se describe simbólicamente de la siguiente manera: Júpiter = Sol/Luna.

En Sinastría el punto Sol/Luna ha demostrado ser muy importante. Esto se deriva de la propia naturaleza de ambos símbolos. El Sol y la Luna representan la parte masculina y femenina arquetípica que existe en cada uno de nosotros, es decir, nuestro hombre y mujer interior. No es extraño que muchas personas proyecten la energía de este PM sobre la pareja que han elegido.

Ahondando en el simbolismo del Sol y la Luna, vemos que ambos están relacionados con los modelos paterno y materno recibidos en la infancia. Para muchas personas, estos modelos se reflejan con claridad en sus relaciones de pareja, ya que inconscientemente se busca en el cónyuge la repetición de un patrón ya conocido. En la práctica observamos que esto se produce de dos maneras. Por un lado, están aquellos que buscan repetir el modelo paterno o materno, y por otro, están los que persiguen lo contrario de lo que vivieron en su infancia. En la medida que esto sea de manera inconsciente, está revelando un modelo de comportamiento que puede ser nocivo. Por eso es importante ser conscientes de la relación que tuvieron muchos padres, de manera que podamos sanarla interiormente y buscar así la parte más evolucionada de nuestro punto Sol/Luna.

El punto medio del Sol y la Luna ha sido descrito por el astrólogo Charles Harvey como el punto del «matrimonio interior». Es tan importante, que en Sinastría se permite un orbe (grado de separación) de hasta cinco grados.

A continuación, vamos a analizar los significados que podemos atribuir a la conjunción u oposición de los planetas o vértices de nuestra pareja sobre nuestro PM Sol/Luna (o viceversa).

Sol. Como el Sol es el símbolo más importante del horóscopo, una relación donde el Sol de una persona está en conjunción con el PM Sol/Luna de la otra, sólo se puede vivir como un acontecimiento luminoso y extraordinario. El Sol es la llama de la vida y es también un símbolo fundamental del Padre arquetípico. Por eso este tipo de relaciones tienden a mejorar la autoestima, aunque pueden estar muy influidas por las vivencias parentales. Este tipo de vínculos que son muy importantes y la persona que aporta el PM puede sentir que aquella que aporta el Sol es “el amor de su vida”.

Luna. La Luna tiene una gran relevancia, ya que se relaciona con la manera en que nos sentimos nutridos emocional y físicamente. La persona que aporta a la Luna trae consigo un arsenal emocional y de cuidados que enriquece la otra parte. En algunos casos, puede actuar siguiendo un patrón similar al de la madre de su cónyuge, o puede prodigar cuidados maternales (aunque se trate de un hombre). Esta es una relación donde el cuidado y la profunda unión emocional entre ambos, es muy elevada. En muchos momentos se entenderán emocionalmente sin necesidad de palabras. Esta conexión se suele dar en vínculos de gran importancia.

Mercurio. La comunicación es un factor central en esta relación. La persona que aporta a Mercurio, tiene una gran influencia sobre la que aporta el PM, sobre todo en la forma en que piensa o se expresa. Aquí la palabra es un factor de atracción y de unión entre ambos. Pero con esta posición, si no está compensada con otros factores, el vínculo es más intelectual que sentimental.

Venus. La persona que aporta a Venus trae a la relación una buena dosis de amor, seducción y sensaciones agradables. No es extraño que aquel que aporta el PM Sol/Luna se sienta fácilmente envuelto por sus encantos. Hay una buena dosis de sociabilidad y deseos de disfrutar de la vida en mutua compañía. Ahora bien, si otros factores más firmes no asientan la relación, ésta puede quedar en un romance de corta duración. Eso sí, inolvidable.

Marte. Estamos aquí ante una relación energética, pasional, vital, pero que también puede caer con facilidad en la agresividad o las disputas. Este es un buen símbolo para aquellos vínculos que se basan en un trabajo en común, dado que Marte provee de energía a ambos. Pero también puede simbolizar decisiones tomadas de un modo precipitado, e incluso separaciones traumáticas. Si lo que se busca es un vínculo basado en la sexualidad, esta es una buena posición.

Júpiter. La naturaleza de Júpiter es expansiva, orgullosa, creativa. Por este motivo, quien aporta a Júpiter tiende a animar la existencia de la otra persona, mostrándole un horizonte más amplio, tanto material como espiritualmente. Aquí se da con frecuencia un vínculo entre maestro y alumno, que puede ser apropiado en determinadas relaciones, aunque no es aconsejable en las más íntimas. De alguna manera, hay un escalón entre ambas personas, que puede ser salvado por otras configuraciones de la Sinastría.

Saturno. Un vínculo donde Saturno actúa sobre el punto Sol/Luna de la otra persona, manifiesta la necesidad de acomodarse a unos límites o estructuras que pueden ser positivos en relaciones profesionales, aunque no tanto en las sentimentales. Saturno trae austeridad, seriedad y formalidad a la otra persona. Aun así, esta posición puede ser un ancla en relaciones comprometidas, pero la felicidad habrá que buscarla en otras zonas de la Sinastría.

Urano. Sin duda, la naturaleza de Urano, que es original y rompedora, traerá un soplo de aire fresco a la otra parte. Ahora bien, estamos ante un vínculo bastante inestable, donde es necesaria una amplia dosis de libertad y respeto mutuo. En algunos casos, nos encontramos ante el miedo al compromiso afectivo que se disfraza bajo una máscara de liberalidad.

Neptuno. No cabe duda de que la persona que aporta a Neptuno trae a la relación una buena dosis de romanticismo e idealismo. Esto puede ser muy atractivo a primera vista, aunque tiene sus inconvenientes. En este tipo de vínculos suele haber cierta capa de engaño, o de autoengaño. No todo lo que parece, es. En personas muy elevadas, se puede dar un vínculo muy espiritual y creativo. Pero no se tratará de una relación que soporte las pequeñas miserias de la vida cotidiana.

Plutón. La persona que aporta a Plutón trae a esta relación una buena dosis de energía subterránea. Aquí es muy importante saber quién tiene el poder, porque las cuestiones relacionadas con el poder serán centrales en este vínculo. En todo caso, esta es una relación de transformación, muy intensa, en la que los ciclos de creación y de reconstrucción se alternarán. No será un viaje cómodo, pero sí inolvidable.

Quirón. La capacidad sanadora de Quirón se pondrá a prueba con este vínculo. Aquí, una de las dos partes tomará el papel del curador y del maestro, pero la relación también servirá para que esta persona sane sus propias heridas. No es un vínculo apto para cualquiera, ya que vivir con las energías de Quirón requiere un alto grado de maestría. En los casos más comunes, se trata de una relación complicada, donde cada uno sale herido con frecuencia.

Ascendente. La persona que aporta el Ascendente a este vínculo trae una poderosa energía individual y creativa. La tendencia aquí será a vivir condicionados por la fuerte personalidad de esta parte. Si esto es bien aceptado por el cónyuge, no habrá problemas. Pero no se puede descartar una lucha de egos. En los mejores casos, se produce un deslumbramiento ante un ser de características excepcionales, que da paso a una relación de adoración mutua.

Medio Cielo. En este caso, la persona que aporta el Medio Cielo tiene la capacidad de sacar a la otra parte de su zona de confort. Este es un vínculo poderoso, que permite una elevación material o social para ambos. Es excelente en vínculos de tipo laboral o en relaciones maestro/alumno.

Vértex. El vértex es un punto de elevación espiritual, con ciertas conexiones kármicas. En estos casos, la persona que aporta al vértex tiende a actuar como un maestro para la otra parte, sea de manera deliberada o inconsciente. No hay que olvidar que un maestro puede ser alguien que nos traiga experiencias felices o dolorosas, dependiendo de cuál sea nuestra posición en la escalera de la evolución. Sin duda, la atracción será fuerte, pero para muchas personas, inexplicable y difícil de entender.

Nodos. Aquí nos encontramos con un vínculo fuertemente kármico, donde todo parece predestinado. Esta posición puede atraer a personas muy diferentes entre sí, que se ven arrastradas a estar juntas aun contra todo pronóstico. Sólo el tiempo dará la dimensión de las materias que se deben aprender o solucionar entre ambos.