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Los Nodos en Sinastría (1)

La sinastría es la rama de la astrología que estudia las relaciones entre los seres humanos. A esta disciplina se la podría muy bien denominar «astrología comparativa», aunque su espectro de análisis va más allá de la explicación de los lazos que atraen a unas personas hacia otras.

Una norma que se debería seguir a la hora de analizar astrológicamente cualquier vínculo entre personas es que éste debe ser una relación existente en la realidad y no una fantasía o un deseo mental. En otras palabras: carece de sentido analizar vínculos humanos hipotéticos, puesto que esto solo nos conduce a la confusión. Desde mi punto de vista, la astrología es un intento de explicar lo que sucede en la vida real, ya que actuar de otra manera sólo sirve para crear confusos paraísos mentales que no tienen efecto práctico. De manera que uno debería analizar aquellos vínculos que existan en su vida y abstenerse de hacer cábalas sobre otras relaciones que no se han podido desarrollar o son improbables.

Dicho esto, el análisis de la posición nodal se me ha revelado, a lo largo del tiempo, como un factor muy destacado en la interpretación de los horóscopos comparados. Los nodos, que para muchos astrólogos representan el vínculo entre la vida presente y las vidas pasadas, están especialmente activos en aquellas relaciones que parecen «predestinadas», o «hechas desde arriba». Creo que en todas las relaciones realmente importantes existen conexiones poderosas con los nodos de ambas personas.

Conviene recordar, aunque sea muy brevemente que los nodos no son planetas, sino puntos en el espacio. Concretamente se trata de las dos zonas donde la órbita de la Tierra y la de la Luna hacen intersección. Ambos puntos (llamados nodo norte y nodo sur), están ubicados en puntos opuestos del cielo y se relacionan con la formación de los eclipses de sol y de luna.

Hay un factor de inevitabilidad en las relaciones nodales que es especialmente llamativo. Así, he podido comprobar que ciertas relaciones muy poderosas, que parecen desarrollarse cuando las condiciones del entorno resultan desfavorables, o incluso contra el deseo consciente de las personas involucradas, están marcadas por conexiones entre los luminares (Sol y Luna) de ambos individuos, o bien entre sus planetas personales (Mercurio, Venus y Marte). En cambio, los planetas sociales (Júpiter y Saturno), así como los transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón), parecen tener un peso proporcionalmente menor en el desarrollo de los vínculos de pareja.

Un caso especialmente interesante es lo que denomino, «doble vínculo nodal», que corresponde al siguiente esquema: un luminar o un planeta personal de la persona A lanza un aspecto a los nodos de la persona B. Al tiempo, el mismo planeta de B hace aspecto a los nodos de la persona A. Por ejemplo: el Venus de Juan hace conjunción al nodo sur de Elena, y el Venus de Elena está en trígono al nodo norte de Juan.

Como se puede suponer, este tipo de vínculos es aún más poderoso que aquellos que se producen en un solo sentido. Se trata entonces de relaciones que van a tener un fuerte impacto en ambas personas y que, para bien o para mal, son difíciles de romper.

A todo esto, hay que recordar que el simbolismo del nodo sur se relaciona con la «zona cómoda» del pasado, con experiencias ya conocidas y vidas ya vividas, en otras palabras, es el karma vigente. Los planetas ajenos que tocan nuestro nodo sur nos traen el recuerdo de antiguas relaciones.

En cambio, el nodo norte muestra la «zona de riesgo» del presente que se proyecta hacia el futuro. Es el lugar donde encontramos los retos y los aprendizajes y donde se genera nuestro karma futuro. Los planetas de otra persona en contacto con nuestro nodo norte nos atraen con fuerza, pero crean la necesidad de tomar decisiones, de crecer y aceptar retos.

En realidad, las conexiones al nodo norte, especialmente por conjunción, se relacionan con el verdadero sentido de las relaciones íntimas, que no es el de encontrar nuestro «amante perfecto» de pasado, sino el de desarrollar nuestra conciencia y crecer en compañía de otro ser humano. Este crecimiento siempre conlleva afrontar retos, realizar aprendizajes, asumir riesgos, y debatirnos entre el dolor y la felicidad.

Hay que reseñar que, por la propia posición de los nodos, en sitios opuestos de la Carta Natal, cada planeta que hace aspecto a uno de los nodos lo hace también al nodo opuesto. De este modo, una conjunción al nodo norte siempre se corresponde con una oposición al nodo sur, o bien una cuadratura a uno de ellos, implica la misma cuadratura hacia el otro.